Gran Diedro, Pincuejo
| Desde donde aparcamos el coche, en todo su esplendor bien soleadito |
ATENCIÓN NOTA IMPORTANTE:
Precisiones sobre la vía.
Primer largo, para nosotros, yo escalé los dos primeros largos, y Javi la vía entera, diríamos que el paso más difícil de la vía es el primer V plaquero. Yo no puedo opinar del último largo, pero si que me pareció que el V del primer largo es mucho más difícil que el V del segundo largo. Además ese primer quinto tiene un chapaje fino.
Segundo largo, los dos parabolts del muro de V están a metro y medio uno de otro. Al loro. Y por encima hay un cordino Negro/rojo en un puente de roca un metro por encima donde está el cambio de pendiente de vertical a tumbado.
Tercer largo, chapaje fino el del parabolt inicial con el paso de V+. Y según Javi no vio cerca del parabolt que protege el paso de 6A el supuesto clavo. Puede ser que esté, pero Javi no lo vio.
He dibujado un croquis.
El relato
En una de esas charlas casuales de pie de vía de verano en la costa. Algunos acaban de estar escalando en el Pincuejo, me lo comentan y me recuerdan que yo voy mucho por allí… Sorprendido les sacó del error, la realidad es que nunca he escalado en el Pincuejo…
Siempre he dejado el Pincuejo para otra ocasión, por aquello de que no tiene aproximación y parece que en cualquier momento surgirá la ocasión para escalarlo. Así van pasando las temporadas de roca y día tras día paso por la autovía, le echo un vistazo, compruebo si hay gente y paso de largo una vez más… Otro día…
Llevamos unas semanas sin hacer nada de clásica desde la apertura de Damisela. Vacaciones, temas familiares, líos, y toda esa parafernalia que los “guerreros de fin de semana” sabéis, hacen que nos planteemos un domingo “diferente”… puede que sea la única oportunidad en algún tiempo de hacer lo que sea…
Así es el plan. Locura total… O no… A algunos nos merece la pena… Salida de casa a las 7 am. Recoger al 50% de la cordada a las 8 en Santiago, previo despiste de direcciones que hace que llegue unos minutos tarde… Dos horas y media en el coche “arreglando el mundo” (llegamos de vuelta a casa convencidos de que se respira algo mejor en el ambiente…) Y a eso de las 11:30 estamos haciendo la aproximación extrema, 5 minutos mal contados y un desnivel positivo de unos 10 metros… Agotadora… Todo esto, para escalar 110 metros de clásica… Y la vuelta correspondiente en coche…
Y esa aproximación me jugó una mala pasada por increíble que os parezca. El sábado no hice mucho entrenamiento “invisible” que digamos, todo lo contrario,… Algo de alcohol, y “malas compañías” son una mezcla perfecta…
3 largos, aunque juntando los dos primeros se puede hacer en 2. Me “presento” voluntario para arrancar en primero. Se supone que yo nos meto en el marrón y Javi nos saca, vamos, ¡un plan perfecto!… Nada puede fallar…
| Un primero a punto de salir |
| Desde el pie de vía, bastante vertical |
Estoy nervioso, mentalmente veo que voy mal. Pero hago de tripas corazón y me “fuerzo” a trabajar. Pienso que a poco que escale se me pasará la tontería. Y me pasa algo que no me había pasado nunca. Escalo en piloto automático, bien y fluido. Pero en mi cabeza todo va mal. No disfruto, siento mi cuerpo raro, y aunque increíblemente el subconsciente está escalando de coña, y los movimientos son buenos, en mi cabeza todo esta raro.
Llego al paso fino de placa del largo, el quinto de la primera chapa. Para chapar tengo que subir los pies en adherencia y sin nada para las manos… Por los pelos pero chapo. Se supone que el largo sigue yendo a la izquierda a una fisura. Para ello tengo que hacer un par de movimientos en trave. No me gusta nada, por un momento estoy mal colocado, con una de las cuerdas cruzadas por detrás de la pierna como me avisa Javi, pero tengo que ponerme cómodo no vaya a ser que la líe…
| Colocando un friend para proteger el paso para llegar a chapar el primer parabolt |
Unos metros más arriba, chapo el clavo y ya en territorio más amable y sin dificultades llego a la primera reunión. Hay gente que sigue hasta la segunda tirando de cuerdas hasta el límite. En mi caso entre que me he quedado sin cintas, y que ya empiezan a pesar las cuerdas, prefiero quedarme aquí.
Primeros metros para Javi de calentamiento y llega al paso del parabolt. Un pie para arriba, otro, unos manoseos a la placa, que si derecha, que si izquierda y sube. Llega a la reunión, el obligado comentario que vaya con el pasito. No es muy amigo de la adherencia en caliza… Y es un paso fino.
| Desde la primera reunión, Javi aún no ha salido |
| Llegando a la reu |
| Las vistas desde la primera reunión |
Salgo de nuevo, y viene el momento raro, raro del día, ¡cómo no! algo nos tiene que pasar…Cuando llevo 5 metros escalados del segundo largo y me dispongo a chapar el primer parabolt que protege el muro vertical del largo me da un mareo… Me paro, me pongo cómodo y espero a que pase. Javi me dice que beba, aunque acabo de hacerlo en la reunión antes de salir. Si de cabeza voy mal, ahora también me noto justo de fuerzas.
Aprovecho el “descanso” para mirarme bien los pasos del muro vertical. Como no me encuentro bien, decido no prolongar más de lo necesario el trámite y meterme ya. Soluciono rápido, tengo la suerte de que los “aparentes cantos necesarios” son buenos y en nada estoy en el final del muro chapando el cordino del puente de roca. Pero no disfruto, no me encuentro bien, me quedan unos 8-10 metros tumbados de aparente IV.
| Solucionando los pasos de V del segundo largo, ya he chapado los dos bolts |
En la reunión me miro el inicio del último largo y veo que va fino, fino. El sol no perdona, palpo la roca, ya está calentita. Javi va subiendo, y yo me recreo en el paisaje mientras decido que por hoy ya he escalado lo que tenía que escalar. Aseguro a Javi en el tercer largo y lo espero en esta reunión.
Sale Javi a hacer el tercer largo, primeros metros finos, verticales y con chapaje “divertido” del primer parabolt. Pasa, se mete ya en el diedro y cuando lo voy a perder de vista veo que hay una cinta debajo de él sin chapar. ¿Se le ha caído?, nop, resulta que no la chapó bien… Sigue, y por la cuerda noto que va a buen ritmo. Una parada a los 30 metros, y sigue. Como tenemos vecinos no consigo saber si el que ha gritado reunión es Javi o el vecino. Por precaución no desmonto las cuerdas de la cesta. Me estoy cambiando de calzado cuando aparece Javi rapelando.
| Tres momentos de Javi en el inicio del tercer largo |
Intercambio de impresiones e info del tercer largo, preparamos las cuerdas para rapelar de nuevo y al lío. Una parada por mi parte para hacer fotos a los vecinos que después de hacer el Espolón Pioneros se meten en la Línea Blanca para no molestarnos a nosotros.
| Un par de fotos de los vecinos en la Línea Blanca |
Llegamos abajo. Esta vez las cuerdas bajan bien. En el primer rapel de Javi desde arriba costó. Recogemos y mientras bajamos hasta el coche, noto las piernas con la sensación de flojera. Llegamos a la conclusión de que he tomado la decisión correcta.
El viaje es un reflejo del de la ida, sol hasta el valle de Ponferrada y ya entrando en Galicia de nuevo se nubla para llegar a Santiago lloviendo. Dicen que en Santiago la lluvia es arte… Os puedo asegurar que yo no lo vi por ninguna parte ayer…
| El Montihuero en el centro de la foto en la vuelta |

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