Tercera currada...

Acabando la aproximación, Cubillas y el pantano de Arbás

Acabamos de llegar al parking. Son las 9 y media pasadas de la mañana. Tal como me bajo del coche le pregunto a Luis qué cuál es el plan. No tardamos un par de minutos en ponernos de acuerdo, a pesar de que he traído el taladro y unas chapas hoy toca limpieza. Vamos a descolgarnos desde arriba y a ver si nos da tiempo a dejar listo el cuarto largo y acabar el que va a ser el segundo.

Así que sin más empezamos la aproximación. Hay bochorno, mucha humedad y sudo. Cielo azul con alguna nube, algo de brisa y una previsión de que hoy llegaremos a los 26 grados, ¡Las condiciones ideales para limpiar y sanear!. Esto no hay quién lo pague…

Ya desde el parking hemos visto a una cordada que sube a la izquierda del sector de la pared en el que vamos a estar. Como se vengan cerca de nosotros nos van a hacer un hijo. Vamos subiendo con calma, no recuerdo tan dura la aproximación el otro día. Cuando giramos hacia el espolón dejamos de ver a la cordada de delante, parece que se han quedado en los pies de vía del Incidente PI y Esmorga, por el momento no hay peligro. 

Tras alguna confusión llegamos al lugar en el que nos toca prepararnos. Hemos estado controlando la aguja final, propone Luis que sea el último largo, por elegancia, yo lo contemplaba más como una de las opciones de salida por arriba… Lo de que haya que rapelar aunque sean unos metros me da mucho por saco… Pero que no se diga que no escucho, la verdad es que va a quedar mucho mejor y acepto la propuesta. 

La aguja final desde donde nos preparamos para rapelar

Desde la reunión de arriba del todo

Que nos colgamos. Que a pesar de que el fin de semana pasada ha habido dos accidentes en rapels aquí estamos los dos dispuestos a pasarnos unas cuantas horas colgados de las cuerdas. Hoy se supone que no tenemos prisa. 

Los típicos nervios del primer rapel del día, aunque esta vez como le digo a Luis ya menores sabiendo lo que nos vamos a encontrar. Cometemos el primer error del día y cuando me doy cuenta tengo a Luis unos metros por debajo y unas cuantas piedras sueltas que tengo que dejar en su sitio porque me da miedo tirarlas… 

Tras unos minutos nos agrupamos. Y comenzamos a pensar… Que si el largo mejor que vaya por aquí, que por allá, que si ponemos un par de chapas aquí, y así evitamos este diedro roto de por allá, que no, que mejor por la placa esta… Que la fisura es buena, que el techo este tiene pinta de duro, ¡qué dices!… que no, que tiene canto… Que hay que tirar el bloque este, ¡deja que ya lo hago yo!… 

¡Un poco de agua y listo!

Lo que nos ha llevado este tramo con la tontería

Un servidor en plena faena

Estamos a medio trabajo de dejar el largo como nos gustaría… Y veo que ya pasan de la una de la tarde. Buff… Miro para abajo, aún nos queda una grieta ancha con unas jardineras que dan miedo… 

Ya no hay jardineras...

Casi son las 3 cuando llegamos a la segunda reunión del día. A penas hemos rapelado un largo. La verdad es que para dejarlo para escalar sólo nos falta poner un par de chapas si se necesitan, y tirar 3-4 piedras de arriba del todo. Otra cosa es equipar también la placa inicial, esto a ver qué hacemos. 

Seguimos, pasamos rápidamente por el tercer largo de la vía, el del muro, el largo del que todo el mundo hablará. Fichamos lo que hay que limpiar. El posible trazado, las posibles ubicaciones de las chapas, las secciones duras, y algún paso. Al final he de reconocer que esto de 6B no baja. Va a haber pasos finos y pasos atléticos. Acordamos que vendremos un día sólo para trabajar este largo. Si sólo nos lleva un día.

Con la tontería todavía nos falta rematar el segundo largo. Alucinamos con la cantidad de agua que hay en una de las bañeras que limpiamos el otro día. Debió de caer una buena riada, porque ha dejado todo limpísimo. Aún así sacamos algo más de tierra. Va a quedar un largo muy muy disfrutón. 

Así dejó la lluvia el segundo largo, no podréis quejaros...

Cuando ya estamos acabando le propongo a Luis de rapelar el que va a ser el primer largo para ver si hay alguna sorpresa. Bueno, no es nada del otro mundo pero servirá para ir calentando.

Unas fotos desde el que sería el pie de vía. Un par de caídas de este servidor que casi se parte la crisma y al Ezequiel a por la merecida merienda. Cuando llegamos al coche veo que el reloj marca más de 7 horas desde que salimos de aquí. El día nos ha cundido pero estamos berreados. 

Desde el pie de vía

Aún así los dos nos vamos con la impresión de que no acabaremos con un día más de trabajo, puede que no sea suficiente, si que nos está dando trabajo la vía… 

Para que no digáis que somos unos brutotes...