Almanzor

No pasaremos de ahí...


No hace frío. El Sol ya ha salido hace un rato y noto su calor. Estoy subiendo hacia la Portilla del Crampón cuando quedan pocos minutos para las 9 de la mañana. Por delante a unos metros Javi trata de no hundirse en la nieve a cada paso. No se puede decir que no lo hemos intentado pero cada uno en su interior va rumiando la realidad. Nos quedan unos metros para desviarnos a la derecha  hacia la travesía del zócalo que da a los pies de vía de la cara norte, cuando Javi valiente hace la pregunta que nadie quiere hacer, la que supone poner fin a los sueños de hoy. 

Le digo que no lo veo y le paso el muerto haciéndole la misma pregunta, con cobardía me resisto a decidir.  

La este del Almanzor 


Me sorprende su respuesta, no lo duda, no hay nada que hacer. Si hay alguien que siempre lo intenta hasta el final y que está dispuesto a lo que sea es él. Pero esta vez lo ve claro, es que simplemente no hay condiciones. Las caras superiores de todo el circo están totalmente secas. Da igual hacia dónde mires, el hielo ausente y la roca desnuda. 


Aún así acabamos decidiendo que nos acercamos a ver los pies de vía. Ya que estamos aquí… El día es de los que hacen afición en el Circo. Poco viento, Sol, y un entorno que cautiva tu mirada allá donde la dirijas. No puedo evitar soñar continuamente buscando lineas y lineas, en unas paredes desnudas de los atributos invernales que tanto anhelamos los aficionados a esto que llaman alpinismo. 


Por abajo viene Raúl, de los tres es el que no se rinde, todavía no ha hecho cima en el Almanzor, son ya unos cuantos intentos y unos cuantos años tras la promesa de que el año que viene toca. 

De vuelta

Van o no van...


Javi finalmente cede y acordamos que mientras yo bajo tranquilamente hasta el refugio ellos suben hasta la Portilla del Crampón. No me conformo con dejarlos ir, les pido que no alarguen la cosa, la nieve está ya pescadería y no creo que merezca la pena intentar la travesía de las Canales Oscuras en estas condiciones. 

Remoloneando y disfrutando del Circo

El Cuchillar de las Navajas

Raúl y Javi por arriba, y una pareja llegando al giro hacia la subida de la Portilla


Una hora larga después nos reunimos de nuevo ya en la base del Circo camino del refugio. No he cumplido mi promesa y ni si quiera he llegado a la terraza del refugio. Me he entretenido todo lo que he podido y más el rato que he estado sólo en el Circo, disfrutándolo. 


He departido tranquilamente con todos los que me he cruzado, me he acercado hasta la zona que todavía está a la sombra en el Cuchillar de las Navajas para comprobar que la nieve tampoco  está bien aún donde no le ha dado el Sol. Una costra inmunda no resiste un pie que se hunde unos 15 centímetros. 

Momentos todavía de ilusión e incertidumbre

La magia de la parada de los crampones

Ese mismo momento hacia atrás


Trato de buscar la Chachi Falls, y otras cascadas y líneas. Imagino posibilidades y veo alguna que otra cosa interesante, no con el ánimo de cantar aperturas, simplemente se trata de adivinar cosas divertidas. Intuyo sin hielo las líneas de la Este del Almanzor, y precisamente me sorprende lo seco del primer largo de la Vía Este del Almanzor. Se ve fácil…


Mientras, ellos no se han conformado con llegar a la Portilla. Han probado a ir más allá, metiéndose en la travesía de las Canales Oscuras. Cuando Javi ha visto como la nieve ha cedido peligrosamente bajo sus pies un par de veces se da cuenta que no merece la pena tanto riesgo. Están en una zona en la que no ha dado el Sol todavía. Y la nieve cede peligrosamente. 


Bajamos todavía hacia el refugio y estos dos van animadamente charlando de sus cosas. Yo aprovecho para hacer las cuentas del esfuerzo que nos va a suponer la aventura fall… Me sorprendo no siendo capaz de acabar de escribir la palabra. 24 horas después no acepto todavía que la temporada invernal de alpinadas se ha acabado para mí, y lo peor con una actividad incompleta. No sé si es llegando al coche o ya en el viaje de vuelta que les comento que durante una larga temporada me sorprendía lo bien que salían las cosas. Era proponerse una actividad y salir todo sobre ruedas. En cambio ahora, da igual lo mucho que mires previs, publicaciones de IG, FB, paseos o lo que sea,…Cuesta mucho acertar con las condiciones… Parece que he perdido el toque…

Los únicos que harán cumbre por la normal

Javi un poco antes del momento de la verdad


Vuelvo al momento de la bajada, ellos siguen con lo suyo y yo hago el recuento. Sales de casa a la una del mediodía. A la hora de viaje te subes al coche de Javi. Una hora más y recogemos a Raúl. 4 horas más tarde aparcamos en la Plataforma. Como llevamos un buen rato en el coche acompañamos un rato a Raúl que dormirá en el Refugio. 


Nos levantamos a las 4:15 desayuno rápido para Javi mientras yo remoloneo 5 minutos y me visto. Disfruto de la eficiencia compartida, en la que cada uno hace con precisión lo que le toca sin que nadie tenga que decir nada. Somos tan eficientes que acabamos saliendo 10 minutos tarde sobre el horario previsto…

La Laguna ya de vuelta

Increíble como se ve desde aquí el Almanzor...


Una hora más tarde coronamos Barrerones, en un cálculo equivocado decidimos ralentizar el ritmo, lo que hará que acabemos llegando con 15 minutos de retraso al refu donde paciente nos espera Raúl perfectamente preparado. Se pone la mochila a la espalda y salimos llenos de esperanzas que se tornan en preocupación cuando pisamos la nieve que sube hacia el Almanzor. 


Al final esta aventura en el Almanzor son cerca de 30 horas lo que me lleva estar de nuevo en casa. Sé voy a volver, es así, da igual el resultado. Y ellos también…

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