El Valle Secreto, Alto del Juncanal

La aproximación y la pared en su cara norte, nosotros daremos la vuelta para escalar la sur

Es duro reconocerlo pero la temporada invernal se ha acabado, si alguna vez empezó. Un par de días de hielo, un día en el Toneo y muchos días de espera a que la nieve transformara en las nortes hasta que el puto rio de humedad tropical de primeros de marzo decidió que ya habíamos disfrutado lo suficiente de los rigores del invierno. 

De vuelta de unos días de esquí en Pirineos y tras un rápido chequeo de previs y condiciones me doy cuenta de que lo más razonable es dar carpetazo y desempolvar los gatos. 

Llevo tres meses sin calzarme unos gatos, así que trato de buscar a otro compañero tan oxidado como yo y al que le valga hacer algo sencillito para arrancar la temporada de roca. Me tentaba acercarme al Eume a hacer algo de deportiva tranquila pero finalmente el Chimeneas se apunta. El sábado va a hacer la Línea Blanca en el Pincuejo pero como está hasta los cojones de la chimenea, ya era hora, pues se anima a venirse conmigo hasta el Alto del Juncanal que nunca ha estado. 

Dan buena meteo, algo de nubes y nieblas, y temperaturas fresquitas, ideal para estar en una sur en esta temporada. 

Es sábado, me meto en el sobre y mi primera reacción es pasar de echar un último vistazo al móvil… Pero como sé que siempre pasan cosas por si acaso miro, no vaya a ser… ¡Pues si, hay sorpresa!. Tengo un mensaje del tío más ocupado del mundo diciendo que le explique el plan que se apunta… Todo esto a las 10:30 de la noche del sábado… Como ya estoy con un ojo cerrado le digo sitio y hora de salida, y que miro el wapp por la mañana tal como me levante para saber si tengo que recogerlo y me pongo a dormir. Desde que he vuelto de Pirineos estoy hecho un oso perezoso de los buenos. 

Llego puntual a la gasolinera donde el tío más ocupado del mundo me espera. Echamos gasolina, cargamos bultos y ya de camino nos vamos poniendo al día. El viaje se acorta una barbaridad con los chascarrillos. 

Pasado Mieres nos espera el chimeneas. De nuevo intercambio de bultos y “paquetes” y tira millas. 

Un cielo despejado nos alegra la llegada. Aproximación de las que no te puedes perder, se trata de seguir una pista ancha hasta el pie de vía como quien dice. Me sorprende la tranquilidad con la que vamos, el paso es lento, incluso de vez en cuando nos paramos mientras “argallamos” cosas para la primavera y el verano, la agenda de alguno echa humo y acabamos de empezar abril. Es lo que tiene juntar a más de un enfermo… 

De camino a la pared, ya hemos dado la vuelta

Casi sin darnos cuenta y al acabar de dar la vuelta el camino rodeando el espolon nos damos con el pie de vía a 30 metros de donde estamos. Aproximación de las duras, de las que curten. 

Nuestro inicio de la vía que parece que no es el que debiera

Comenzamos con el ritual de todo pie de vía. Que si me pasas los abalorios pregunta el primero con toda la confianza del mundo. El otro segundo que remolonea como quien no quiere la cosa para que no le toque asegurar. El pringado que se preocupa de dar los cabos correctos a cada uno, que pasa las cuerdas y se asegura de coger bien al primero. Y por último ese primero resultón, que dispuesto a enchufar coraje al resto de la cordada se mete sin contemplaciones a por el primer toro del día. 

Atareados empezando

Saliendo como un toro

Pues nada, ahí está el Chimeneas dándolo todo en un primer largo cuyo recorrido nos genera dudas a cada uno. Antes de desaparecer de nuestra vista y a pocos metros de acabar el largo decide que como es costumbre si no me tira algo a la cabeza no se queda tranquilo, esta vez es su móvil, que va rebotando por la pared hasta mi mano izquierda. No tenemos muy claro si estamos yendo por donde va la gente, si estamos haciendo algo diferente o qué cojones estamos haciendo. Lo interesante es que nuestro querido primero consigue dar con la chapa que marca el inicio del segundo largo. Cuando me llega el turno noto que los tres meses sin darle a los gatos pasan su factura y me pienso las cosas un poco más de la cuenta. Amén de que todos vamos con mucho cuidado de no hacernos un “Javi”. Un “Javi” es la ostia que se pegó nuestro querido Javi hace unos días en el Porru Bolu cuando se le rompió una presa de una mano y un par de friends decidieron salírsele… Vuelo de los interesantes…

Ahora se tirará hacia la derecha

Fin del primer largo

Aquí seguimos, no sé cómo al tío más ocupado del mundo le ha tocado el segundo largo. Intento que no se me note mucho el que al final “me ha tocado” como quien no quiere la cosa el largo bonito del día. Me pondría a silbar despreocupadamente mirando al cielo pero es que soy malísimo silbando. Así que me concentro en hacer las mejores fotos que puedo a nuestro segundo primero. 

Unos primeros metros en los que el tío más ocupado del mundo sale con tiento para desde el medio del largo ir ya con una seguridad incontestable. Negocia el paso del largo con buena técnica y en lo que nos damos cuenta grita “reunión”.

Dos momentos más del segundo largo

Creo que este segundo largo es el de mejor roca de toda la vía. compacta, tanto que apenas se meten 2-3 seguros en 25 metros. Pero no hay fallo. Disfrutamos del largo y ya en la reunión con un rápido vistazo compruebo que la bavaresa que abre el tercer largo tumba lo suficiente para que no sea demoledora para un paquete desentrenado como yo. 

Alguno me pregunta que si voy, intuyo los colmillos, y la saliva en la comisura de los labios. A poco que muestre duda, estos cabrones se apuntan a hacerlo en primero. Así que sin pensarlo digo que si. 

Mi momento de gloria, el tercer largo

Ni me lo miro en cuanto me dan la salida, un par de pies en unos jerónimos y ya estoy metiendo el primer seguro en la fisura de la bavaresa y entonces como quien no quiere la cosa llega el momento del día. Inocente que es uno y para que el resto del personal no se queje, se me ocurre la bendita idea de marcar con magnesio unos cuantos posibles pies para negociar la bavaresa. En ese justo momento oigo risas a mis espaldas, ha nacido “el Clecas” y he de reconocer que me gusta. 

El resto del largo soy “el Clecas”. Al final la bavaresa no es nada fiera, hay un momento en el que me cuesta subir un pie izquierdo pero es que los cantos son buenísimos. 

Sigo por arriba con cuidado, es una parte con mala pinta, rota y de un aspecto de mírame y no me toques qué’pa’qué. Así de malo que sin fijarme meto un totem negro en una fisura en la que pienso que está a cañón y resulta que el bloque de uno de los laterales está totalmente suelto. De esto se dará cuenta el Chimeneas al recogerlo…

Sin muchas novedades más llega el resto de la cordada a la reunión. Ha sido una escalada tranquilota y breve pero que nos ha dejado un buen sabor de boca. Una buena manera de pasar una mañana de domingo tranquilamente. 

Nos quedan ahora unos buenos metros de la arista hasta la cumbre, aérea y con algún tramo con un patio interesante a ambos lados. De tan interesante que se pone que yo paso con las manos apoyadas, lo sé soy un cagado, yo más bien pienso que soy un tío prudente, es lo que tiene tener hijos…

Hacia el tramo final de la arista

Llegamos a la cumbre, el paisaje nos cautiva,… Bueno para qué mentir, lo que nos cautivan son las paredes que vemos y cómo enfermos no podemos dejar de pensar en posibilidades futuras,… Aunque alguno calle y en esos momentos piense en sus cosas, es un tío muy ocupado…Mientras los dos enfermos que tiene al lado no pueden parar de señalar paredes y paredes como dos locos que ven tierra después de meses navegando…

Tres momentos en la arista

Más en la arista

¿Cagado o prudente?

En la cumbre, vista hacia el sur

Sigue haciendo fresquito durante el descenso. Vamos comentando planes futuros y alguno ya saborea el bocata del coche y las cervezas. Remoloneamos, y con tranquilidad hablamos sobre la vida, bueno sobre algunos aspectos de la vida de algunos… Y con la calma que llevamos todo el día nos metemos en el coche. Tres horitas y en casa. 

El descenso, esto se acabó

¡Mañana toca darlo todo en el Eume! ¿Os había dicho que empezamos la temporada de roca?