Norte del Almanzor
Hay veces en que la justicia busca caminos muy torticeros, pero hay que reconocer que efectivos. Esto es lo que me pasó ayer en la Norte del Almanzor, recibí la oportuna dosis de justicia merecida, como desalmado que fui. Pero empecemos por el principio… Había pensado en que la mejor palabra que lo definiría era incauto, pero no, me di cuenta de que él sabía perfectamente dónde se metía, así que vamos a dejarlo en novato. Él ya había hecho algunas invernales normales, Ubiña, Curavacas, Espigüete, pero el cuerpo le pedía más. Y dio la casualidad que yo pasaba por allí y cual dealer, le tiré la caña, sabiendo que no diría que no. ¡Teníais que haberle visto la cara cuando se lo dije!… No tenía material, respondió. Como buen dealer le pregunté qué le faltaba y dio la casualidad que yo tenía lo que necesitaba: ¡Muy pocos escrúpulos, unos crampones y unos piolos!. Él no lo sabía, pero habría hecho mejor en venderle el alma al diablo en ese momento. Desalmado puede, pero irresponsable no,